Entre el insomnio y las pesadillas,
el mundo se viene abajo,
¿que queda ya de mi?
nada... la esperanza murio
de un zarpazo de tu lengua,
que fácil es matar a un ciervo
ensangrentado y moribundo,
matarlo lento, con sufrimiento,
jurando en vano que no
quisiste lastimarlo.
Entre la ansiedad y la aprehension
mis pesadillas toman vida,
cura el dolor la infamia
de cometer actos impuros,
mentira... eres un perpetuo dolor
con sabor a carne de un ayer,
ya no pido paz espiritual,
solo un eterno descansar donde
no estes tu ni tu maldito veneno.
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